Salmo 33, 2-3. 17-19. 23
R. El pobre invocó al Señor, y Él lo escuchó.
Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren.
El Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando los justos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.
El Señor rescata a sus servidores,
y los que se refugian en¨Él no serán castigados.
jueves, 25 de octubre de 2007
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