Eclesiástico 35, 12-14. 16-18
El Señor es juez y no hace distinción de personas: no se muestra parcial contra el pobre y escucha la súplica del oprimido; no desoye la plegaria del huérfano, ni a la viuda, cuando expone su queja.
El que rinde el culto que agrada al Señor, es aceptado, y su plegaria llega hasta las nubes.
La súplica del humilde atraviesa las nubes y mientras no llega a su destino, él no se consuela: no desiste hasta que el Altísimo interviene, para juzgar a los justos y hacerles justicia.
jueves, 25 de octubre de 2007
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1 comentario:
Siempre le doy gracias a Dios por las oportunidades de vida que coloca en mi camino y le agradezco que a través de mi gran amigo Fray Cesar haya puesto en mi camino este blog tan especial para mí en particular.
Con la actitud de alguien que ahora está un poco digamos alejado de la estructura de la Iglesia, no así de las bases que sostienen nuestra Fé imperecedera, y con la actitud del siervo que le dice a Dios: "Habla Señor que tu siervo escucha", he comenzado a disfrutar de este blog con esta lectura tan particular la cual iré procesando en mi mente muy racionalizada en este momento pero que clama justicia y sobre todo pide la luz que me permita no convertirme en un ser pusilánime en lo espiritual.
Nuevamente GRACIAS SEÑOR por esta herramienta y a tí Gutto por la amistad tuya y de tu Familia especial a los ojos de Dios.
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